La lavandería de autoservicio es un negocio noble, fácil de administrar, o eso nos dicen la mayoría de las veces. Cuando pensamos en abrir una lavandería de autoservicio, nos dejamos llevar por esta información, y si bien es un negocio que nos brinda mayor libertad que otros rubros, la administración y el robo hormiga puede volverse un tema de importancia sumando puntos negativos que se verán reflejados en la venta. Si administramos nuestra lavandería con monedas, token, o incluso cobrando en mostrador y permitiendo que alguna colaboradora, una vez que el cliente paga, active los equipos, te darás cuenta con el paso de los meses  que tu administración es ineficiente, toma más tiempo del que creías, como contar  monedas y conseguirlas para que tengas el cambio suficiente para tus clientes. El robo hormiga es otro de los problemas, ya que tus empleados lo operan a libre demanda, y no podemos comprobar que registren todos los usos y ventas. Dependes al 100% de la asistencia de tus colaboradores. Pero no solo eso, los mantenimientos de ultima hora serán un tema importante, porque no sabemos el uso se le están dando a nuestras lavadoras y secadoras, por lo tanto, programaremos mantenimientos innecesarios o  peor aún, con falta de tiempo, lo que nos originarán correctivos y gastos no contemplados. Deberás visitar tu lavandería continuamente para asegurarte que no haya robos, falta de dinero y que los equipos estén funcionando de la manera correcta.